Docente se nace o se hace?

Aún una pregunta no laudada ’Qué significa ser un profesional?”.
Existen una serie de rasgos que distinguen a una profesión: función social.
Mucho se ha discutido acerca de la profesionalidad de los docentes,destrezas, cuerpo de conocimientos, prolongado período de enseñanza superior, código ético, libertad para juzgar y decidir, organizacion alto prestigio social. Cabría entonces preguntarse además si Constituye la docencia una profesión? Y si es así, cómo se construye?.El hecho de educar requiere hacer juicios de valoración y enseñar a los estudiantes a hacer lo mismo con dignidad.
Los seres humanos nos educamos de acuerdo a dos procesos fundamentales y complementarios: uno de orden social y otro de orden individual. En el transcurrir de ambos procesos transita entre lo que aprende en teoría y lo que aplica a través de su experiencia en una contrastación de esos saberes particulares con los contextuales. La educación de las personas es el resultado de múltiples variables de tipo contextual que tienen su efecto positivo o negativo en lo relativo a su comportamiento, en su ideología y en su desarrollo profesional, por lo cual se podría afirmar que el ser humano como ser social se educa y se transforma en su contexto, fundamentalmente en su entorno familiar, laboral y de amistades.
Generalmente, la docencia no es visualizada de forma de carrera a lo largo de la vida, sino como un proceso de formación inicial. Desde allí se anidan discusiones insalvables de planes, programas, currícula, como si resolviesen el tema de la actitud de permanente estudioso. Tener estudiantes a su cargo y “dar clases” no significa ser docente. Se torna necesario establecer una carrera docente universitaria donde se recorran diversos estadios de un continuum. Recorrer ese continuum es distinguir las destrezas
alcanzadas en un momento inicial, en un momento más avanzado para llegar a ser luego un docente destacado. En ese sentido, la carrera docente no debería ser una suma de años actuados, sino la socialización e impacto de sucesivas intervenciones pedagógicas.
Mucho se ha discutido acerca de la profesionalidad de los docentes,destrezas, cuerpo de conocimientos, prolongado período de enseñanza superior, código ético, libertad para juzgar y decidir, organizacion alto prestigio social. Cabría entonces preguntarse además si Constituye la docencia una profesión? Y si es así, cómo se construye?.El hecho de educar requiere hacer juicios de valoración y enseñar a los estudiantes a hacer lo mismo con dignidad.
Los seres humanos nos educamos de acuerdo a dos procesos fundamentales y complementarios: uno de orden social y otro de orden individual. En el transcurrir de ambos procesos transita entre lo que aprende en teoría y lo que aplica a través de su experiencia en una contrastación de esos saberes particulares con los contextuales. La educación de las personas es el resultado de múltiples variables de tipo contextual que tienen su efecto positivo o negativo en lo relativo a su comportamiento, en su ideología y en su desarrollo profesional, por lo cual se podría afirmar que el ser humano como ser social se educa y se transforma en su contexto, fundamentalmente en su entorno familiar, laboral y de amistades.
Generalmente, la docencia no es visualizada de forma de carrera a lo largo de la vida, sino como un proceso de formación inicial. Desde allí se anidan discusiones insalvables de planes, programas, currícula, como si resolviesen el tema de la actitud de permanente estudioso. Tener estudiantes a su cargo y “dar clases” no significa ser docente. Se torna necesario establecer una carrera docente universitaria donde se recorran diversos estadios de un continuum. Recorrer ese continuum es distinguir las destrezas
alcanzadas en un momento inicial, en un momento más avanzado para llegar a ser luego un docente destacado. En ese sentido, la carrera docente no debería ser una suma de años actuados, sino la socialización e impacto de sucesivas intervenciones pedagógicas.
¿Existe realmente un modelo ideal de profesor?
Muchas investigaciones se han focalizado en torno a la conceptualización de ser un buen docente y las buenas prácticas que ello implica. Creemos que no existe un único modelo de ser docente, puesto que hay muchos modelos y estilos docentes que pueden ser válidos aunque difieran entre sí. La solución estriba en buscar el estilo más adecuado de acuerdo a las características personales de cada uno. Pero también sostenemos que sin caer en tipológías, hay ciertas características comunes que siempre están presentes a la hora de definir que significa ser un buen profesor.
A modo de ejemplo entre de las características de una buena clase se señalan:
- Se han transmitido los conocimientos que estaban previstos
- El profesor ha explicado en forma amena
- El profesor ha sabido mantener y estimula la atención acerca del tema
- Los alumnos entienden el sentido de lo que se está enseñando
- Los alumnos son capaces de relacionar lo nuevo con los conocimientos previos
- Se promueve la formulación de preguntas que estimulen la reflexión
Para un ser un buen docente se destaca:
- Saber su materia
- Preparar bien las clases
- Explicar con claridad y orden
- Escribir en el pizarrón con claridad y buena letra
- Ser capaz de realizar un trabajo en equipo
- Poseer clara sensibilización por su entorno social y cultural
- Ser capaz de ponerse en el lugar del alumno
- Resultar asequible a los estudiantes
- Ser algo histriónico
- Hacer participar a los estudiantes
- Llegar a clase puntualmente
- Ser respetuoso
- Presentarse en forma correcta
La forma de construir y fortalecer la profesión docente se da a partir del dominio del campo de conocimiento y se va aprendiendo y desaprendiendo en la práctica de la docencia. El novel profesor deberá saber los límites de su ignorancia a través de la reflexión sobre sus prácticas. No lo sabe todo. Será preciso un baño de humildad y un despojo de actitudes y posiciones rígidas e ideologizadas que conducen a una indudable endogamia esclerosante. De acuerdo a esto, la actividad docente requiere ciertos requisitos básicos para apuntar a la construcción de la profesión: a) la sistematización de acciones , b) la producción de documentos c) la investigación y d) el registros de prácticas.
En palabras de Andy Hargreaves: “La buena enseñanza no es sólo una cuestión de ser eficiente, desarrollar competencias, dominar técnicas y poseer la clase de conocimiento correcto. La buena enseñanza también implica el trabajo emocional. Está atravesada por el placer, la pasión, la creatividad, el desafío y la alegría. Es una vocación apasionada”.